
Las personas necesitamos tiempo de dedicación a nuestra familia y la falta de corresponsabilidad entre hombres y mujeres para la atención y cuidado de la misma, es una de las principales barreras u obstáculos del desarrollo profesional de las mujeres en igualdad de oportunidades.
Necesitamos promover un modelo de convivencia y generar unos espacios de diálogo familiar que nos permitan abordar las necesidades de dedicación profesional sin que genere un impacto negativo en nuestros hijos y padres. Las empresas, en su propuesta de valor a sus empleados, deben apostar por la flexibilidad y meritocracia como pilares del nuevo modelo de trabajo, pero es fundamental fomentar la corresponsabilidad a la hora de abordar las necesidades de conciliación. Para ello, es necesario abrir procesos de escucha y de generación de propuestas por parte de los propios empleados para solucionar de forma efectiva y corresponsable las distintas situaciones que cada día nos surgen a nivel personal y familiar. Si además estos "talleres" o escuelas de padres se imparten a toda la plantilla (hombres y mujeres) como algo obligatorio dentro de la formación de las empresas para ser "mejores personas y mejores profesionales" se contribuirá a generar mayor conciencia social y empresarial.