
Un currículum en el que no se refleje ni la edad ni el sexo del candidato. De esta forma, durante la primera fase del proceso de selección, solo se tendrían en cuenta aquellos factores referentes a las capacidades profesionales.
Ser mujer y tener entre 30 y 40 años suele ser una circunstancia que favorece ser descartado en los inicios del proceso de selección. ¿Por qué? Porque, en teoría, o eres madre o lo serás dentro de poco. Y tristemente, tener hijos se ha convertido, en muchas empresas, en un factor negativo.
Por este motivo, creo que sería justo incentivar plataformas o normalizar currículums en los que no sea obligatorio detallar ni el sexo ni la edad. Que todos los candidatos partan de cero, con las mismas posibilidades, y que ser madre o querer serlo no esté reñido con las aspiraciones profesionales.