
Poco a poco, los permisos de paternidad y maternidad se van equiparando en tiempos (actualmente, el de paternidad ha subido a 8 semanas, según aprobó el gobierno vía decreto en abril de este año).
Quienes conciliamos sabemos que es una cosa de los dos miembros de una pareja y que, a veces, hay que hacer encajes de bolillo, sobre todo para cubrir con huecos a lo largo del día, y no tanto en días completos.
Por ello propongo que ambos permisos o, al menos parte de ellos, no tengan porque necesariamente responder a días naturales/enteros, sino que trabajador y empleador puedan acordar regímenes intermedios, como X horas al día, siempre que haya mutuo acuerdo.
Esto permitiría cubrir muchísimas casuísticas: la de la madre que deja al niño en guardería y el padre que no llega a recogerlo, el empleo por turnos de los dos progenitores... lo que haría mucho más fácil la labor de conciliar.
Además, también ayudaría a disminuir el número de reducciones de jornada, que sobre todo afectan a las mujeres, y muchas veces son un problema para el empleador, por motivos de productividad, y para el asalariado, que lo nota en su nómina.