
En mi opinión, las empresas modernas trabajan por objetivos, no por horario. Todos los departamentos tienen asignados unos KPIs y un seguimiento asociado a los mismos.
Quizá por ello la implantación del registro horario deba hacerse no sobre horas productivas, sino sobre lo que se produce en ellas. El presentismo sigue siendo uno de los grandes males de la empresa española, y muchas veces es, además, sinónimo de escasa productividad.
El responsable de cada área podría llevar este registro de productividad semanal sobre sus subordinados, lo que además contribuiría a hacer un seguimiento continuo de los objetivos de la empresa de cara a garantizar su cumplimiento en calidad y plazos.