Propongo organizar alguna jornada donde se cambien los papeles y las obligaciones habituales de hombres y mujeres (unos por otros en diferentes entornos: laboral, ocio, etc.).
Que después se recapitule lo que ha resultado mejor de lo esperado, lo que ha resultado más difícil, lo que harían distinto....
En definitiva la idea es que los hombres vivan lo que viven las mujeres y a la inversa. Tomar conciencia y vivir en primera persona es un arma de primera mano para la empatía. De un lado y del otro. Este camino se hace juntos.