
La educación desde la etapa primaria, incluso infantil, es fundamental para poder alcanzar la igualdad.
Se debería incluir en los planes de estudios una asignatura obligatoria en la que se inculquen los valores que pueden ayudar a eliminar los estereotipos relacionados con el género. El respeto al otro y la no violencia se aprenden sobre todo con la práctica de las relaciones que niños y niñas establecen en la familia y en la escuela.